26/1/14

Somos hombres nuevos



Decía Jovellanos, “bajo el nombre especioso de cosmopolitas, dando un colorido de humanidad a sus ideas antisociales y antirreligiosas, pretenden reducir a los incautos, cuyo consuelo aparentan desear y cuya miseria y destrucción, secretamente meditan. No hay sentimiento honesto y puro a que no hayan declarado la guerra. La humanidad suena constantemente en sus labios; el odio y la desolación del género humano, brama secretamente en sus corazones”. Tal es el propósito del hombre viejo, individuo de la especie humana que aun después de restaurado y deificado por la gracia de Cristo, conserva el sello de su nativa condición: el hombre inclinado a la tierra, hambriento de los bienes y sediento de los gozos terrenales.


NO NOS HAGAMOS SEMEJANTES A LOS DICTADOS DEL MUNDO, nos advirtió San Agustín, pues el mundo nos odia, y NO QUERAMOS CONFORMARNOS CON ESTE SIGLO, nos dijo San Pablo, pues son sus obras la vanidad, la lujuria, la avaricia, la envidia, la maldad y el dolo.

No ya solo moral sino espiritualmente somos hombres y soldados de otro siglo, sino que además, como nos sentenció San Bernardo: SOMOS HOMBRES NUEVOS, pues para Cristo y por Cristo hemos renacido: sine me nihil potestis facere.

13/1/14

Stat Crvx, Dvm Volvitvr Orbis


El mundo moderno no tiene mañana; el hombre moderno no siente el mañana; el hombre moderno vive en una extraña embriaguez, cuyo síntoma principal consiste en el instintivo culto del momento y en el olvido de toda idea de continuación y permanencia.


No, el mundo moderno no cree en lo consecutivo, ni en lo eterno.

Y en el gigantesco horno de la modernidad caen diariamente nuevas teorías, nuevas probaturas y nuevos sistemas; pero la realidad, afirmada en las honduras del mundo, aguarda a las teorías y a las quimeras para reducirlas a humo. Y en el gran yunque de la práctica están probándose y contrastándose las que se llaman verdades; y solo son salvas las que poseen savia de vida y pueden arraigar en lo real, mientras las otras se desharán como polvo vano entre los dedos.

¡No pidas ya mas luz, hombre moderno!

Sigues siendo un enigma, y va a tu alma

Toda la sombra que del mundo ahuyentas.

No me digas que es luz eso que brilla:

Eso que atrae tu mirada enferma,

La luz no es eso que obedece al hombre,

Cuya llave regula su soberbia,

Con esa luz, si solo almas hubiese,

Toda la humanidad sería ciega.

STAT CRUX, DUM VOLVITUR ORBIS. LA CRUZ SUBSISTE INMÓVIL, EN TANTO QUE EL MUNDO GIRA.